¡Bájale dos rayitas! Estar enojado todo el tiempo puede afectar severamente tu salud. De acuerdo con psicólogos de la Universidad de Texas, la ira se describe como un sentimiento intenso en respuesta a la frustración, decepción o amenaza.
Aunque se ha comprobado que ayuda a superar miedos y a construir confianza ante el peligro, también tiene efectos negativos sobre el cuerpo humano.
Los psicólogos han identificado cuatro tipos de pensamiento que conducen a la ira. Emocional: los individuos se irritan por cosas ‘inocentes’ que dicen otras personas, perciben sus palabras como un ataque.
Baja tolerancia a la frustración: la ansiedad y estrés tienden a disminuir nuestra tolerancia. Quienes tienen problemas de ira ven cosas normales como una amenaza. Las expectativas irrazonables también conducen a la frustración. Por último, la percepción y calificación que tenemos de otras personas.
De acuerdo con el médico Sam Bore, los arrebatos pueden provocar enfermedades cardiacas. Los hombres mayores son más vulnerables a problemas del corazón pero un enojo excesivo puede afectar, de igual manera, a personas de mediana edad.
“El ataque cardíaco y el accidente cerebrovascular comparten muchos factores de riesgo, desde el colesterol hasta la hipertensión. Un estudio israelí agrega el enojo a la lista, tras descubrir que una experiencia de ira intensa está vinculada a un aumento de 14 veces en el riesgo de estas enfermedades”, señalan.
El enojo excesivo también se manifiesta en dolor físico, estrés y ansiedad. El médico Michael A. Kutcher explica que la ira crónica también se ha relacionado “baja autoestima, migrañas, adicción a drogas y alcohol, depresión y problemas de rendimiento sexual”.
En nuestra galería, algunos tips para empezar a controlar la ira. No olvides consultar a un especialista.