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Todos hemos escuchado acerca del daño producido en la piel por el  artificial, a veces es necesario verlo con nuestros propios ojos para creerlo, y para realmente asimilarlo y tomar medias preventivas al respecto.

Tawny Willoughby de 27 años empezó a usar las camas bronceadoras cuando era apenas una adolescente y lo hacía por lo menos cuatro veces por semana, porque según ella, el color se le desvanecía rápidamente. Ahora años después ha decidido compartir en su facebook las llagas y cicatrices, que dice son dolorosísimas, producto de su tratamiento contra el de piel. Así es, Tawny desarrolló cáncer en la piel y la culpable es la cama bronceadora.

Desgraciadamente esta no es la primera vez Tawny ha sido diagnosticada, de padecer la misma condición. La primera vez fue cuando tenía 21 años. Desde entonces el cáncer en diferentes grados ha ido y venido seis veces.

Tawny acude a su médico cada seis meses y normalmente en cada una de sus vistas le remueven pedazos de piel cancerosa.

El cáncer en la piel es la forma más común de cáncer, y puede ser mortal. Según la Sociedad Americana del Cáncer, hubo 76,100 nuevos casos de melanoma  o cáncer en la piel reportados en los Estados Unidos el año pasado y 9,710 muertes. Por desgracia, el número de nuevos casos de melanoma en los Estados Unidos ha ido en aumento durante los últimos 30 años.

El melanoma mata, no desfigura, el no-melanoma desfigura y también puede matar.

No se broncean, usa protector solar religiosamente, y proteger su piel cuando esté al aire libre. Es algo más que mantener su piel con un aspecto impecable, que puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

La Organización de Salud Mundial WHO por sus siglas en inglés emitió una advertencia acerca de las camas de bronceado y las lámparas pues producen sustancias peligrosas, incluyendo el plutonio y ciertos tipos de radio.

El informe de la IARC (Agencia de Investigación del Cáncer) muestra que el bronceado es especialmente peligroso para los jóvenes; aquellos que utilizan camas solares antes de los 30 años aumentan su riesgo de por vida de desarrollar melanoma, la forma más mortal de cáncer de piel, en un 75 por ciento.

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