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Sí, idealmente las redes sociales son un espacio para compartir información, conocimiento y una puerta para el debate, pero, a menudo, sólo encontramos violencia por parte de otros usuarios.
Adam P. Stern, colaborador de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, señala que la furia es una emoción universal, pero ésta tiende a ser exagerada cuando se habla desde el anonimato.
Está bien documentado que las secciones de comentarios en línea se convierten en un centro para las amenazas, los argumentos acalorados y los insultos.
“Los usuarios tienen a enaltecer sus emociones cuando se sienten menospreciados. Al no haber una relación cara a cara, se sienten confiados de responder con mayor agresividad porque saben que no habrá mayores consecuencias”, señala.
FiveThirtyEight.com realizó una encuesta a 8 mil 500 personas que comentan frecuentemente en redes sociales. La mayoría dijo que comentaba para corregir errores y dar sus puntos de vista.
Con menos frecuencia, trataban de ser graciosos, elogiar el contenido, hacer una pregunta para aprender o compartir sus propios pensamientos.
De acuerdo con el especialista, los usuarios tratan de parecer más conocedores sobre el tema ante los demás, pero con frecuencia emiten puntos de vista muy personales y escriben desde la emoción.
“La magnitud de su respuesta emocional puede ser amplificada, a veces llevando a un lenguaje más fuerte de lo que usarían en el mundo real. Son más atrincherados en su posición cuando se les presentan datos que entran en conflicto con sus creencias”.
Los medios de comunicación lo saben y titulan para alimentar los comentarios emocionales y obtener más visitas a su página web. “Uno de los resultados es que muchos lectores se sienten rápidamente atacados o tergiversados por la información cuando ese no era necesariamente el objetivo o el enfoque del artículo”.
Llevarse por las emociones y sentimientos también conlleva a que muchos lectores crean noticias falsas: aceptan lo que más se apega a sus emociones y pueden perder objetividad.
