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La gente se pregunta por qué este hombre, deportista estrella, quiere compartir su historia, algo tan íntimo, con literalmente el mundo entero y la razón es simple, "el deseo de que otros no esperen tanto como él para buscar su bienestar".
El bienestar no siempre es sólo físico, también es mental y emocional. Uno realmente se siente bien cuando es feliz.
A sus 65 años, Jenner luce en la portada de la revista el cabello largo en tonos castaños ligeramente ondulado, y un corsé blanco.
Jenner confesó ante Vanity Fair la necesidad emocional que tenía de realizar la transformación, pues si se encontrara ahora en su lecho de muerte y no lo hubiera hecho sentiría que "desperdició su vida y se negó a sí mismo la oportunidad de ser feliz".
El camino recorrido hasta el momento no ha sido nada fácil, Jenner aún no se ha sometido a la cirugía genital, pero sí a una cirugía que duró diez horas para afeminar los rasgos fáciles y otra para aumentar el seno. Al salir de la cirugía entró en un ataque de pánico y se cuestionó intensa y emocionalmente lo que estaba haciendo.
Él está seguro que su participación en las olimpiadas se debió internamente a que quería correr, escapar de algo. No se trata del aplauso, del reconocimiento, de las medallas, de la palmada en la espalda, dice saberlo bien y por experiencia. Todo eso es una mentira y él vivió en una mentira de sol a sol por muchos años.
Por otro lado, Caitlyn no guarda secretos y en cuanto el ejemplar de Vanity Fair salga a la venta ella se sentirá realmente libre.
Su único deseo por el momento es que Caitlyn sea una mejor persona de lo que Bruce fue.
Aquí les compartimos el detrás de camaras de la sesión fotográfica de Caitlyn Jenner realizada por Vanity Fair y fotografiada por Annie Leibovitz.