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Todos conocemos a personas que se quejan de todo, todo el tiempo. Su jefe, la pizza, el lugar que visitaron en fin de semana, en fin, son quejumbrosos imparables.
Lo peor es que la mayoría de las veces ni siquiera buscan una solución, solo desean atención, pero, aunque nos resulten fastidiosos, podrían estarse haciéndose un gran favor.
Por extraño que parezca la gente que se queja parece tener ventajas psicológicas sobre los que no lo hacen según un estudio.
De acuerdo con profesor de psicología Robin Kowalski de la Universidad Clemson de Carolina del Sur, “Quejarnos nos ayuda a conseguir simpatía y atención” y lo cierto es que todo el mundo lo hace.
El profesor y sus colegas publicaron un estudio en The Journal of Social Psychology en el que intentan demostrar como la queja está relacionada con la felicidad.
Se estudiaron 410 hombres y mujeres, estudiantes universitarios y descubrieron que aquellos que se quejaban con la intención de obtener ciertos resultados eran generalmente más felices que aquellos que simplemente lo hacían por “el gusto de quejarse”.
Aunque son muchos los factores que determinan la felicidad de una persona, una actitud optimista y una queja moderada puede ser una estrategia efectiva para ser más feliz.
“Se trata de elegir cuándo y con quién quejarse”.
Pero no todas las quejas tienen el propósito de obtener algo, al quejarse muchas personas experimentan un descanso emocional.
También tiene la función de demostrarle a los otros que se tienen ciertos estándares, como por ejemplo si alguien se queja de la pizzería que visitó en el fin de semana, está diciendo que no come en cualquier lugar y busca se le tenga por una persona selectiva.
Así que la próxima vez que alguien se queje de algo o alguien contigo, regálame un cumplido y asunto arreglado.