Investigadores del Centro RIKEN de Ciencias Médicas Integrativas (IMS) en Japón realizaron un estudio que demuestra la correlación de hábitos dietéticos específicos con la genética.
La investigación, publicada en Nature Human Behavior, encontró 9 ubicaciones genéticas asociadas con comer y beber alimentos como carne, tofu, alcohol, queso, té y café. También se relacionó con el riesgo de padecer enfermedades particulares como el cáncer o la diabetes.
Los científicos querían averiguar si hay variaciones genéticas específicas que hagan que las personas estén "más propensas" a comer habitualmente ciertos alimentos.
“Sabemos que lo que comemos define lo que somos, pero descubrimos que lo que somos también define lo que comemos”, dijo el autor principal Yukinori Okada.
Para su estudio, usaron datos genéticos de más de 160,000 japoneses que habían completado un cuestionario de frecuencia de alimentos. Hallaron 9 posiciones en los cromosomas asociados con el consumo de café, té, alcohol, yogur, queso, frijoles de soya, tofu, pescado, verduras y carne.
“Las asociaciones iniciales de dieta y genoma mostraron que los ingredientes importaban. Por ejemplo, encontraron correlaciones genéticas positivas entre comer queso y comer yogurt”, explican.
Descubrieron que un nucléotido de ADN en el gen ALDH2 está asociado con el consumo de menos alcohol y más café.
Después, los japoneses determinaron la relación de los hábitos alimenticios con el riesgo de desarrollar enfermedades como cáncer y diabetes tipo 2.
Al estimar las diferencias individuales en los hábitos alimenticios de la genética, especialmente el 'riesgo' de ser un bebedor de alcohol, podemos ayudar a crear una sociedad más saludable”, señalan.
Para una mejor alimentación, incluye estos súper alimentos enlistados por Harvard:
Bayas. Con un alto contenido de fibra, las bayas son naturalmente dulces, y sus ricos colores significan que son ricas en antioxidantes y nutrientes que combaten las enfermedades.
Pescado. El pescado puede ser una buena fuente de proteínas y ácidos grasos omega-3, que ayudan a prevenir las enfermedades del corazón.
Verduras de hoja verde. Los vegetales de hoja verde oscuros son una buena fuente de vitamina A, vitamina C y calcio, así como varios fitoquímicos (químicos fabricados por plantas que tienen un efecto positivo en su salud). También agregan fibra en la dieta.
Nueces. Las avellanas, las nueces, las almendras y las pacanas son una buena fuente de proteína vegetal. También contienen grasas monoinsaturadas, que pueden ser un factor para reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Aceite de oliva. El aceite de oliva es una buena fuente de vitamina E, polifenoles y ácidos grasos monoinsaturados, todos los cuales ayudan a reducir el riesgo de enfermedad cardíaca.