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La exposición a los rayos ultravioleta del sol no sólo daña la piel, sino que también crea deterioros en la función ocular, señala un reciente análisis.
Un estudio financiado por el Instituto del Ojo de Estados Unidos dice que la radiación UV daña las proteínas en el cristalino del ojo, y con el tiempo, aumenta el riesgo de desarrollar cataratas, ceguera, cáncer de ojo y fotoqueratitis, un daño similar a una quemadura solar.
“Cuando no se usa protección, la radiación ultravioleta que no puede ver penetra en el ojo, las estructuras oculares son muy sensibles a ella”, dice Rebecca Taylor, oftalmóloga y portavoz de la Academia Estadounidense de Oftalmología.
¿De qué manera los lentes de sol perjudican a los ojos si su función es protegerlos de los rayos UV?
De acuerdo con Taylor, no todas las gafas solares protegen los ojos, sin importar el color de las sombras, las gafas deben tener una tecnología de protección garantizada por la marca y expertos, además de ser lo suficientemente grandes para bloquear “del 99 al 100 por ciento de los rayos UVA y UVB”.
De lo contrario, las gafas pequeñas permiten el paso de rayos dispersos más fuertes y aumentan el riesgo de deterioro ocular.
Por su parte, los lentes pueden ser peligrosos para la salud de los ojos cuando no se utilizan en momentos correctos del día.
Un reciente estudio dice que los fotoreceptores sensibles a la luz en el ojo que establecen los relojes circadianos del cuerpo —aquellos que se encargan de los horarios de comida, sueño y más—, se ven afectados cuando las gafas se utilizan durante mucho tiempo en la mañana.
Esto debido a que los lentes bloquean la luz brillante del día e interfieren con las horas de sueño de las personas durante la noche.
Según Stephen Foster, doctor y profesor oftalmología en <span ><strong>Harvard</strong></span>, los lentes deben utilizarse hasta las 9 o 10 de la mañana, siempre y cuando las personas no estén mirando al sol directamente o no estén expuestos a rayos ultravioleta por mucho tiempo.
“Exponer los ojos a la luz natural puede ayudar a establecer los ‘relojes interinos’ del cuerpo”, indica el especialista.