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Estados Unidos firmó un acuerdo de casi 2,000 millones de dólares para garantizarse millones de dosis de una potencial vacuna contra el nuevo coronavirus, una decisión que forma parte de una agresiva estrategia para inmunizar a los estadounidenses a principios del próximo año.
La administración de Donald Trump pagará 1,950 millones de dólares para obtener 100 millones de dosis de una vacuna desarrollada por la alianza germano-estadounidense Biontech/Pfizer, anunciaron el miércoles los dos laboratorios.
"El gobierno de Estados Unidos (...) podría adquirir hasta 500 millones de dosis adicionales", dijeron las dos compañías en un comunicado.
Se trata del contrato más importante firmado en el marco de la operación Warp Speed, diseñada para acelerar el desarrollo de una vacuna mediante la financiación de ensayos clínicos y la construcción de plantas de fabricación.
La empresa de biotecnología alemana Biontech y el laboratorio estadounidense Pfizer desarrollan desde hace varios meses un proyecto de vacuna, que ahora está en una fase decisiva de ensayos clínicos a gran escala, después de unos primeros resultados alentadores.
Pese a que el jefe de los Institutos Estadounidenses de Salud dijo apoyar la idea de que una vacuna contra la covid-19 debería ser un "bien público" global, el presidente Trump estableció claramente la prioridad: vacunar a sus compatriotas lo más rápido posible.
Para esto, su gobierno está jugando varias cartas a la vez, en la medida en que es imposible saber en esta etapa cuál de las docenas de vacunas experimentales que están en desarrollo se adelantará finalmente.
Desde febrero, la administración Trump ha invertido miles de millones de dólares en varios programas, entre ellos los de Johnson & Johnson, Moderna y AstraZeneca/Oxford.
Además se fijo el objetivo de producir 300 millones de dosis para enero, para cubrir a igual número de personas.
"Estamos creando una cartera de vacunas para aumentar las posibilidades de que los estadounidenses tengan al menos una vacuna segura y efectiva para fin de año", comentó el secretario de salud, Alex Azar.
El objetivo de la alianza Biontech/Pfizer es "fabricar 100 millones de dosis antes de fines de 2020" y "potencialmente más de 1.300 millones de dosis para fines de 2021", dijeron ambos laboratorios.
Washington debería recibir las primeras dosis tan pronto como "Pfizer haya logrado fabricar (la vacuna) con éxito y haya obtenido la aprobación" de las autoridades sanitarias estadounidenses.
A principios de julio, las dos compañías anunciaron resultados preliminares positivos tras probar su vacuna en 45 participantes. Según ellas, la vacuna "es capaz de generar una respuesta de anticuerpos neutralizantes en humanos (...) a dosis relativamente bajas".
Pero se necesitarán dos dosis para inmunizar a una persona porque se debe aplicar un refuerzo siete días después de la primera inyección, dijo el miércoles una portavoz de Biontech a la AFP.
La tecnología de esta vacuna se basa en el ARN mensajero, un código genético que se introduce en las células humanas para hacerlas producir anticuerpos específicos para el coronavirus.
A partir de ahora, debe comenzar una fase de pruebas clínicas a gran escala en Brasil y Argentina.
"También estamos en conversaciones avanzadas con muchos otros gobiernos", dijo Ugur Sahin, presidente de Biontech, en un comunicado.
El martes, el gobierno británico anunció un acuerdo para comprar 30 millones de dosis de la alianza germano-estadounidense.
A diferencia de Europa y otros países, Estados Unidos se mueve por su cuenta y no participa en la recaudación de fondos internacional.
A mediados de mayo anunció una subvención de 1,200 millones de dólares para el laboratorio británico AstraZeneca, que está desarrollando una vacuna con la Universidad de Oxford. La condición: una transferencia de tecnología a Estados Unidos y la entrega de 300 millones de dosis.
A principios de julio, el país desembolsó 1.600 millones de dólares a la biotecnológica estadounidense Novavax, para asegurarse prioridad para las 100 millones de primeras dosis.
Estados Unidos también ha invertido cerca de 500 millones de dólares en una de las vacunas experimentales más avanzadas, la de la firma estadounidense de biotecnología Moderna, y otros 500 millones en la de Johnson & Johnson.
El laboratorio francés Sanofi también recibió un pequeño contrato en febrero (30 millones), pero se desconoce si forma parte del plan Warp Speed.