La conclusión de un estudio realizado por la University of Washington’s Institute for Health Metrics and Evaluation titulada “Uso de alcohol y carga para 195 países y territorios: 1990-2016” es clarísima.
“Nuestros resultados demuestran que el nivel más sano de beber es ninguno”, sostiene el estudio publicado en The Lancet la semana pasada.
Asimismo, señala que el alcohol contribuye a la pérdida de salud desde muchas ángulos y que muestra sus efectos a lo largo de la vida, especialmente en las de los hombres.
De acuerdo con estadísticas de este estudio, los países con más consumidores de alcohol son Dinamarca, Alemania y Argentina.
Y los países en donde se consumen más bebidas alcohólicas diariamente por persona son Rumanía (8.2), Luxemburgo (7.3) y Portugal (7.3).
El estudio agrega que en 2016, el consumo de alcohol condujo a 2.8 millones de muertes a nivel global y que fue el factor de punta en muertes prematuras y discapacidad en personas, entre las edades de 15 a 49 años.
Y al insistir que ninguna cantidad de alcohol es sana, este estudio contradice otros estudios que sostienen que una o dos bebidas al día es beber moderadamente y hasta beneficioso para ciertos órganos.
Los investigadores reiteran que el uso de alcohol, independiente de la cantidad, conduce a la pérdida de salud en las personas.
Asimismo, sugieren a los gobiernos a revisar sus políticas en relación al alcohol y programas de salud sugiriendo la abstención.
Algunas de estas recomendaciones podrían ser: imponer impuestos al alcohol, controlar la disponibilidad del mismo y horas de venta y controlar la publicidad sobre él.
Al haber más regulación se podría reducir el consumo en la población y esto sería un paso importante en disminuir la pérdida de salud por consumo de alcohol.