Mantener una dieta libre de carbohidratos te parece casi imposible. En tu alimentación diaria no puede faltar el pan, antojos como los tacos y los alimentos chatarra se cuelan siempre en tu dieta.
A pesar de que has intentado moderar tus hábitos alimenticios y reducir las cantidades de carbohidratos, simplemente no puedes hacerlo. Cuando tienes un pastel enfrente lo devoras por completo y si las quesadillas están ricas, pides más. ¿Por qué es tan difícil resistirse? ¿Por qué no podemos comer poca cantidad de un alimento sabroso?
La clave está en la insulina. Esta hormona producida por el páncreas es la mayor reguladora del metabolismo, de los carbohidratos, lípidos y proteínas. La Facultad de Medicina de la UNAM señala que cualquier alteración inevitablemente tendrá consecuencias metabólicas.
Cuando comes un alimento rico en carbohidratos no puedes dejar de comerlo porque “la obesidad se desarrolla con resistencia a la insulina y causa alteraciones en el metabolismo”.
Gary Taubes escribe en el diario “The New York Times” que los especialistas están divididos. Algunos creen que la poca resistencia a los antojos es una cuestión de carácter, pero otros relacionan la adicción a los carbohidratos con la insulina.
La insulina indica a las células grasas acumular grasas y a las otras células quemar carbohidratos para dar energía al cuerpo, pero “cuanto más insulina se libera, más se ansían carbohidratos”. “El resultado es que incluso una mordida de alimentos altos en carbohidratos puede estimular la insulina y generar más hambre”, señala la investigación.
A diferencia de los carbohidratos, las grasas sacian el hambre y “ayudan a extinguir los atracones”, señala el Dr. Ludwig, especialista consultado por The New York Times.
La UNAM advierte que la resistencia a la insulina, provocada por la obesidad, favorece el desarrollo de hipertensión arterial. Para ponerle un alto a los carbohidratos, evita comer alimentos que los contengan o sigue el régimen de Harvard para perder peso en tres pasos, consúltalo en nuestra galería.