Una recopilación de tomografías computarizadas que consta de 46,034 estudios realizados a varios pacientes, hombres y mujeres, sería la fuente primordial que Daniel G. Amen, fundador de Amen Clinics, utilizaría para determinar posibles diferencias en los cerebros de ambos sexos.
Amen declaró que las diferencias le ayudarían para encontrar un estudio más avanzado de la materia gris para crear posibles tratamientos a las enfermedades neurológicas en el futuro.
En el estudio realizado, los cerebros de las mujeres expuestos a través de las tomografías proporcionadas por nueve clínicas demostraron ser mucho más activos que los de los hombres en ciertas zonas.
Las zonas de la corteza prefrontal, área encargada de los impulsos y las áreas límbicas que se encargan de la parte emocional en el cerebro, además de ser las responsables del estado de ánimo y la ansiedad, éstas fueron punto determinantes y más activos que en el cerebro masculino.
La importancia del estudio radica en que, además de enfermedades degenerativas como el Alzheimer, los científicos responsables del estudio lo conformaron de 119 voluntarios con funciones cerebrales normales, y a 26,863 pacientes con algún trastorno mental.
El estudio encontró que las mujeres sufren más de enfermedades ansiosas mientras que el hombre presenta problemas psiquiátricos en cuanto a la conducta, mismo que lo lleva a delinquir y a terminar encarcelado.
De igual forma se determinó que las mujeres tienen mayor flujo sanguíneo en la corteza prefrontal a comparación de los hombres, lo que les ayuda a tener más empatía, autocontrol y preocupación por los demás, cualidad que también explica que sean susceptibles a la ansiedad, depresión y trastornos alimenticios.
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