Después de haber experimentado los síntomas del coronavirus, por muy leves que hayan sido, los pacientes suelen lidiar con las secuelas persistentes como los problemas respiratorios.
El coronavirus que causa el Covid-19 ataca los pulmones y el sistema respiratorio, provocando en algún momento neumonía o síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) que es catalogada como una lesión pulmonar grave.
Según Harvard, cualquier paciente que presente estos tipos de daños en los órganos, no sólo a los pulmones, debido al Covid, puede requerir medicación continua, exámenes de seguimiento e incluso apoyo médico extra.
La Universidad Johns Hopkins señala que, después del coronavirus, los pacientes pueden recuperar su función pulmonar, pero es común que necesiten terapia y ejercicios durante meses tras haber superado la enfermedad.
“Trabajar hacia la recuperación comienza de manera simple: con un enfoque en la respiración”, apunta Peiting Lien, fisioterapeuta de Johns Hopkins.
De igual manera que los ejercicios aeróbicos benefician la función cardíaca, los ejercicios de respiración pueden hacer que los pulmones sean más eficientes.
“La respiración profunda puede ayudar a la función del diafragma y aumentar la capacidad pulmonar. El objetivo es desarrollar la capacidad de respirar profundamente durante cualquier actividad, no sólo en reposo”, dice Lien.
Esta misma terapia puede hacer un trabajo doble, disminuyendo los sentimientos de ansiedad y estrés, así como mejorar la calidad del sueño que son problemas comunes en pacientes que tuvieron Covid grave o estuvieron hospitalizados.
Conocida como respiración del vientre, esta respiración por medio de la nariz restaura la función pulmonar mediante el uso del diafragma y estimula al sistema nervioso a relajarse y recuperarse. Hopkins divide los ejercicios en cuatro frases:
Acuéstate boca arriba y dobla las rodillas para que la planta de los pies descanse sobre la cama.
Coloca tus manos sobre tu estómago.
Cierra los labios y coloca la lengua en el paladar.
Respira por la nariz y lleva aire hacia el estómago, donde están las manos.
Exhala lentamente el aliento por la nariz.
Repite durante un minuto.
Acuéstate boca abajo y apoya la cabeza en las manos para dejar espacio para respirar.
Cierra los labios y coloca la lengua en el paladar.
Respira por la nariz y lleva aire hacia el estómago. Trata de concentrarte en que tu estómago empuje el colchón mientras respiras.
Exhala lentamente el aliento por la nariz.
Repite respiraciones profundas durante un minuto.
Siéntate erguido en el borde de una cama o en una silla resistente.
Coloca tus manos alrededor de los lados de tu estómago.
Cierra los labios y coloca la lengua en el paladar.
Respira por la nariz y lleva aire hacia el estómago, donde están las manos.
Exhala lentamente el aliento por la nariz.
Repite durante un minuto.
Pónte de pie y coloca las manos alrededor de los lados de tu estómago.
Cierra los labios y coloca la lengua en el paladar.
Respira por la nariz y lleva aire hacia el estómago, donde están las manos.
Exhala lentamente su aliento por la nariz.
Repita durante un minuto.
En este ejercicio ayuda a aumentar la coordinación y desarrollar fuerza en brazos y hombros, asimismo, abre los músculos del pecho para que el diafragma tenga espacio para expandirse.
Siéntate erguido en el borde de tu cama o en una silla resistente.
Estira los brazos por encima de la cabeza y crea un gran bostezo de estiramiento.
Baja los brazos y termina sonriendo durante tres segundos.
Repite durante un minuto.
Se trata de un ejercicio en el que se tararea mientras exhalas. Ayuda a aumentar la producción de óxido nítrico en el cuerpo que a su vez ayuda a la plasticidad neuronal y dilata los vasos sanguíneos para la distribución de más oxígeno en todo el cuerpo. Además, ayuda a bajar el estrés, es un calmante y relajante.
Siéntate erguido en el borde de tu cama o en una silla resistente.
Coloca tus manos alrededor de los lados de tu estómago.
Con los labios cerrados y la lengua en el paladar, respira por la nariz y lleva aire hacia el estómago, donde están las manos.
Una vez que los pulmones estén llenos, mantén los labios cerrados y exhala mientras tarareas, haciendo el sonido “hmmmmmm”.
Nuevamente, inhala por la nariz, luego exhala por la nariz mientras tarareas.
Repite durante un minuto.
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