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La pandemia por ha impactado la vida de millones de personas alrededor del mundo, modificando sus rutinas, e incluso su alimentación.

La doctora Leslie Heinberg, de , señala que hay una serie de factores que están “empujando a las personas” a adoptar una alimentación poco saludable, pero es normal en estos tiempos de crisis y no deben culparse por eso.

Una de las razones es que las rutinas se han interrumpido para muchos y éstas nos ayudan a mantener hábitos; por ejemplo, llevar un almuerzo saludable a la oficina.

“La falta de rutina y estructura hace que sea difícil cumplir con objetivos habituales, y en este momento, todos estamos experimentando una falta de rutina y estructura”, dice.

Otro factor es que es más difícil evitar los antojos en casa, donde los alimentos y bocadillos están disponibles. Normalmente en la oficina, las opciones de comida son limitadas.

Es posible que durante la cuarentena comas más debido a desencadenantes emocionales. “En este momento, estamos sintiendo muchas emociones, incluido el estrés, la tristeza, la preocupación e incluso el aburrimiento. Esos sentimientos pueden hacernos más propensos a comer sin pensar, y es más probable que busquemos alimentos reconfortantes no tan saludables”, señala la experta de Cleveland Clinic.

Los problemas emocionales y los cambios en el entorno crean una tormenta perfecta para llevarnos a una alimentación menos saludable, pero ¿cómo podemos mejorar?

1. Olvídate de perder peso

Perder peso durante la cuarentena puede ser muy difícil si se suma el estrés y la angustia. Los médicos sugieren pensar en mantener el peso actual y establecer objetivos realistas.

2. Incluye alimentos nutritivos poco a poco

Si durante el confinamiento aumentaste el consumo de alimentos chatarra al ver películas, piensa en botanas saludables como un cóctel de frutas o palomitas sin sal para la próxima vez. Las frutas y verduras ricas en antioxidantes estimularán tu sistema inmunológico. La clave es no pensar en cuántos carbohidratos consumes, sino en darle un mejor “combustible” a tu cuerpo.

3. Establece metas pequeñas

Este no es el mejor momento para hacerte vegano o dejar las grasas, pero sí puedes ponerte metas pequeñas, como agregar una porción de verduras a tu comida.

4. Escucha a tu cuerpo

Antes de comer un refrigerio, pregúntate si en realidad tienes hambre o simplemente estás aburrido. Quizá te sientes solo o estresado. Si es así, mejor llama a uno de tus seres queridos y cuéntale lo que te pasa.

“Nuestro defecto suele ser ir a la cocina y comer algo. Pero puedes controlar esta alimentación sin sentido. Si estás aburrido, pon una película o juega con los niños. Si estás solo, llama a un familiar. Y si realmente tiene hambre, consume algo saludable”, señala la doctora Heinberg.

5. Renunciar a la mentalidad de todo o nada

No se trata de iniciar una dieta vegana de la noche a la mañana. No hay dieta perfecta que dure  para siempre, mejor opta por alimentos balanceados. Tampoco te saltes las comidas.

6. Evita los alimentos desencadenantes

La próxima vez que hagas las compras, no metas al carrito tantas galletas o comida chatarra que pueden ser alimentos desencadenantes. Es más fácil resistir un antojo de helado si no hay ninguno en el congelador. También evita almorzar frente a la computadora o en tu mesa de trabajo.

La pandemia trajo y traerá momentos desafiantes. Sé amable contigo mismo y procura en todo momento tu bienestar.

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