Los tatuajes a menudo simbolizan lo más especial para una persona. Marcar la piel es un acto de pertenencia e identificación, pero… ¿si hacerlo tuviera daños irreversibles para la salud?
Uno nuevo estudio revela que partículas tóxicas de algunas tintas para tatuajes penetran debajo de la piel, causando daños a largo plazo.
Científicos alemanes y franceses realizaron cuatro autopsias a individuos tatuados. Con tecnología fluorescente de rayos X, descubrieron nanopartículas de dióxido de titanio en los ganglios linfáticos de los cadáveres.
El dióxido de titanio es un compuesto común de los pigmentos blancos y coloridos. Representa un riesgo para la salud porque los ganglios linfáticos tienen la tarea de eliminar toxinas e impurezas del cuerpo.
Esto podría derivar en “alteraciones en la conformación de biomoléculas, que probablemente contribuyan a la inflamación cutánea, picazón, problemas de cicatrización y otras adversidades”, señala la investigación.
En el tejido humano tatuado también encontraron níquel, manganeso y cobalto. El tamaño de las partículas tóxicas puede variar, pero Ines Schreiver y Bernhard Hesse sostienen que se encuentran presentes en rangos nano.
A pesar de los hallazgos, se realizarán más estudios para comprobar que la tinta de los tatuajes es la causa de los problemas.
“En futuros experimentos, examinaremos la carga de pigmentos y metales pesados de otros órganos y tejidos internos, con el fin de rastrear cualquier posible biodistribución de ingredientes de tinta de tatuaje en todo el cuerpo”, dicen los científicos.
El resultado de la investigación no sólo será útil en la evaluación de riesgos para la salud asociados con el tatuaje, sino también en el juicio de otras exposiciones tales como nanopartículas presentes en cosméticos.