Mantente hidratado todo el tiempo, si no te gusta tomar agua simple, combínala con rutas o con gas. Un estudio encontró que el agua puede disminuir la ingesta de calorías. Foto: Pixabay

Evita tomar refrescos o jugos azucarados, sus elementos generan obesidad, diabetes y aumentan las posibilidades de una muerte prematura. Foto: Pixabay

Duerme un promedio de 7-8 horas. Un estudio asegura que las personas con sueño, ingirieren más alimentos durante el día que cuando están descansadas. Foto: Pixabay

Come bien en el desayuno y almuerzo, la Clínica Mayo encontró que las personas que se saltan el desayuno aumentan de cinco a ocho libras más en un año “que los comedores regulares de la mañana”. Foto: Pixabay

Considera añadir yogurt y algunas bayas en el desayuno, debido a que, la combinación, aporta un valor proteico saludable. Foto: Pixabay

Come un bocadillo a media mañana o a media tarde como frutas, queso o nueces para mantenerte lleno y alejado de las comida procesada. Foto: Pixabay

Realiza una planeación semanal de comida con elementos sanos que te dejen satisfecho. Foto: Pixabay

Come semillas mixtas o nueces para reducir el riesgo de enfermedades del corazón y el colesterol malo en la sangre. Foto: Pixabay

Estudios han demostrado que hacer ejercicio por las mañanas queman hasta un 20% más de grasa corporal, debido a que necesitan usar más grasa almacenada como combustible. Foto: Pixabay

Agrega a tus alimentos granos integrales como quinoa y arroz integral, satisfacen el apetito y son ricos en potasio, hierro y vitaminas B. Foto: Pixabay

No te olvides de ingerir fibra por medio de frutas. Te harán sentir lleno más rápido, te hidratarán y te aportarán más vitaminas. Foto: Pixabay

Date tus gustos de vez en cuando, come lo que más te gusta con moderación para evitar los atracones que pueden echar a perder tus nuevos hábitos alimenticios. Foto: Pixabay