Tomar baños en un sauna secos de vez en cuando puede traer beneficios a la salud, además de disminuir la sensación de estrés en las personas.
Un estudio publicado en Mayo Clinic Proceedings demostró que la terapia de calor pasiva ayuda a reducir el riesgo de desarrollar diversas enfermedades.
Generalmente, los saunas son lugares relativamente secos, hechos de madera, que tienen temperaturas altas, de entre 80 y 100 grados Celsius a la altura de las personas sentadas y los grados disminuyen a nivel del suelo para que sea más cómodo.
Lo recomendable es que permanecer entre cinco y 20 minutos en la sala de sauna y mezclarlo con periodos de enfriamiento.
Pasar tiempo en el sauna ayuda a prevenir y tratar enfermedades relacionadas con la circulación, las funciones cardiovasculares e inmunes, pues reducen la presión arterial, el estrés oxidativo y los niveles de inflamación.
También alivia el dolor que causan trastornos en los músculos o en los huesos, como la artritis reumatoide, la fibromialgia y la osteoartritis.
Además, tomar baños de sauna, al menos dos veces al mes, mejora la función pulmonar y la respiración en personas con asma y bronquitis. Asimismo, los individuos que realizan esta actividad de forma frecuente son menos propensos a tener gripes comunes y neumonía.
Aunque pasar un tiempo en el sauna es favorable para la salud, padecer algunas enfermedades podría hacer que esta actividad tenga algunos efectos adversos, consulta en la galería de arriba cuáles son los padecimientos.