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La sandía no sólo es una deliciosa fruta, también es un alimento que aporta una gran cantidad de nutrientes al organismo.
Puedes optar por comerla en cuadritos con limón y chile o directo de la cáscara en trozos en forma de triángulo, pero siempre tener un poco de esta fruta en tu desayuno, si es temporada de sandía.
El característico color de este producto proviene del licopeno, que es un antioxidante que puede ayudar a disminuir el riesgo de padecer cáncer o diabetes. Las sandías que tienen mayores niveles de esta sustancia son las que no tienen semillas.
También contiene citrulina, que es un aminoácido que mejora la circulación de la sangre y puede reducir la presión arterial, por lo que comer sandía ayuda a tener un corazón más sano.
Comer esta fruta disminuye la probabilidad de sufrir quemaduras por el sol, especialmente cuando vas a la playa.
La sandía está compuesta en gran parte por agua, así que es uno de los mejores productos que se pueden consumir para mantenerse hidratado. Su alto contenido de potasio también ayuda a reducir los calambres en el gimnasio o recuperar líquidos después de sudar.
Asimismo, contiene betacriptoxantina, un pigmento natural que protege las articulaciones y reduce el riesgo de sufrir de artritis reumatoide.
Esta fruta aporta vitamina A, que ayuda a mantener la salud de los ojos, así como B6 y C, que mejora la suavidad y flexibilidad de la piel, de acuerdo con WebMD.
Si deseas comer un producto fresco a la hora del postre, cambia el vasito de helado por un poco de sandía, pues te refrescará y no te aportará grasa, sodio ni una enorme cantidad de calorías, como otros postres.
Además, es un alimento sencillo de digerir, incluso para quienes padecen intestino inflamado por colitis.
Consulta en la galería de arriba algunos consejos para elegir la mejor sandía para tu próxima comida.