Los cigarrillos electrónicos siguen causando controversia entre la población en Estados Unidos, y crece la tendencia a tratar su uso de la misma forma en que se trata al consumo de cigarros de tabaco, es decir prohibir el vaping en lugares públicos y en interiores de edificios.
Nueva York y Chicago fueron las dos primeras grandes ciudades de Estados Unidos en introducir leyes que restringen el vaping, no sin la oposición de los consumidores de e-cigarretes que consideran las medidas injustas e incluso discriminatorias.
La mayoría de los aeropuertos prohíben el vaping en sus instalaciones, con excepciones como los aeropuertos de Phoenix, Las Vegas y Miami que aún permiten su uso de acuerdo al sitio License to vape.
No se puede hacer vaping dentro de los aviones, pero en algunas ciudades su uso no está prohibido en el transporte colectivo o incluso en los cines.
La Agencia de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) continúa trabajando en la elaboración de las regulaciones de los líquidos que se usan en el vaping, por su contenido de nicotina.
Los que favorecen el vaping argumentan que su uso podría llevar a que más personas dejen de fumar tabaco, y usen cigarrillos electrónicos que no causan el mismo impacto en la salud, sin embargo los estudios sobre los efectos del vaping no son concluyentes todavía, de acuerdo con la OMS.
Muchos lugares como bares, hoteles y restaurantes colocan sus propias señales permitiendo o prohibiendo el uso de cigarrillos electrónicos.
Mientras que se establecen las reglas generales sobre el uso de e-cigarretes, es conveniente asegurarse de que está permitido su uso en el lugar donde uno se encuentre.
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