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Una vez más, las vacunas contra Covid-19 son objeto de teorías de conspiración. Ahora circulan en redes sociales videos de personas a quienes se les “pegan” imanes y otros metales en el brazo... Y atribuyen este efecto a las vacunas.
“Después de vacunarme las monedas se pegan a mi brazo como imanes hmm…”, dice el video de un usuario en TikTok. “Aquí está el imán. Este es el brazo en el que me inyectaron Pfizer”, anota una mujer en Twitter.
Fotos: capturas de Twitter
Otros dicen que las vacunas contienen metales pesados que provocan reacciones magnéticas y algunos más aseguran que les han implantado un chip de Bill Gates. La realidad es que todas estas afirmaciones son falsas.
Médicos y verificadores de todo el mundo se han encargado de desmentir el rumor de que las vacunas provocan cargas magnéticas. Toma nota de los siguientes puntos.
1. Los ingredientes de las vacunas no atraen imanes
Los ingredientes de las vacunas incluyen proteínas, ARNm, lípidos, cloruro de potasio, fosfato de potasio monobásico, cloruro de sodio, fosfato de sodio dibásico dihidrato y sacarosa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que algunas vacunas contienen coadyuvantes para mejorar la respuesta inmunitaria a la vacuna, “bien sea reteniendo la vacuna en el lugar de la inyección durante algo más de tiempo, o mediante la estimulación de células inmunitarias locales”.
Este coadyuvante puede ser una “ínfima” cantidad de sales de aluminio (por ejemplo, fosfato de aluminio, hidróxido de aluminio o alumbre potásico).
“Se ha demostrado que el aluminio (en cantidades seguras) no ocasiona ningún problema de salud a largo plazo; de hecho, las personas ingieren aluminio comúnmente a través de comidas y bebidas”, anotan.
2. Se requiere más metal para atraer un imán
Si bien algunas vacunas pueden contener cantidades pequeñas de aluminio, necesitarías mucho más para provocar una reacción magnética.
Bruce Y. Lee, experto en salud, escribe en Forbes que la dosis de Pfizer es de 0.3 mL. “Incluso si todo el volumen inyectado estuviera lleno de un metal ferromagnético, probablemente no sería suficiente para convertir su brazo en magnético”, señala.
3. La piel es grasosa y el metal se adhiere
Si los ingredientes de la vacuna no son magnéticos, entonces, ¿por qué se pegan los imanes y monedas al brazo?
Eric Palm, especialista del Laboratorio Nacional de Alto Campo Magnético, dice a BBC que una persona puede fácilmente pegar una moneda a su piel por que la superficie es grasosa y genera una tensión. ¿Recuerdas cuando, de niño, jugabas a pegarte monedas en la frente?
Además, “algunas de las personas en los videos pueden usar trucos, como adheribles a la piel o sustancias pegajosas que causan el ‘magnetismo’”, señala.
4. El cuerpo es sensible a campos magnéticos
El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido remarca que la mayor parte del cuerpo humano está formado por moléculas de agua, que constan de átomos de hidrógeno y oxígeno.
“En el centro de cada átomo de hidrógeno hay una partícula aún más pequeña llamada protón. Los protones son como pequeños imanes y son muy sensibles a los campos magnéticos”, apuntan.
Veredicto: Falso
1) Es falso que las vacunas provoquen reacciones magnéticas. Para sostener un imán deberían tener un gramo de hierro metálico en el lugar de la inyección y es científicamente imposible, según el físico Michael Coey.
2) No asumas como verdadero un video de redes sociales en el que no sabes que trucos o ediciones usaron para hacerlo pasar por real.
3) Las personas no vacunadas también pueden pegarse monedas a la piel porque ésta es oleosa.