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A partir de un artículo publicado en Men’s Health en 2007, donde se describía la situación que muchas mujeres habían experimentado en el gimnasio mientras practicaban ejercicio, el término de “coregasm” (una mezcla de “núcleo” o “abdomen” y “orgasmo”) comenzó a conocerse.
El corgasmo define al clímax que se obtiene de manera espontánea practicando determinados ejercicios físicos y no mediante la estimulación de la pareja o la autosatisfacción.
A su vez, una edición especial de la revista “Sexual and Relationship Therapy”, publicó un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Indiana para confirmar que, efectivamente, es posible alcanzar el clímax haciendo ejercicio, y que esto es más frecuente de lo que pensamos.
De acuerdo al estudio, de las 530 mujeres que participaron, 124 admitieron haber llegado al orgasmo en el gym al hacer yoga, spinning, levantando pesas o corriendo; incluso alrededor de unas 50 reconocían que caminar a paso muy ligero les permitía excitarse.
Según sus conclusiones, es relativamente habitual que la estimulación de los músculos abdominales provoquen el clímax en algunas mujeres.
Uno de los principales causantes es la máquina del gym conocida como la “Silla del Capitán”, que permite alzar las piernas en un ángulo de noventa grados al sujetarse con los brazos. Este movimiento provoca la contracción de los músculos del suelo pélvico, los mismos que participan durante un orgasmo convencional.
Esto también se puede obtener a través de los conocidos como ejercicios Kegel, que practican las embarazadas para evitar las pérdidas de orina y facilitar el parto, y que consisten en mantener la contracción de los músculos pélvicos todo el tiempo que sea posible.
Pero no sólo las mujeres pueden llegar al orgasmo a través del ejercicio gimnástico, parece ser. Muchos hombres también reportan haber experimentado un clímax en dicha situación.
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