Desde pequeños, los seres humanos son propensos a padecer depresión por diferentes situaciones, pero detectarla en los niños suele ser muy complicado, pues en ocasiones no la manifiestan de la misma forma que los adultos.
Una de las principales señales de depresión es que se sienten tristes, desesperados o irritados la mayor parte del tiempo.
Los niños siempre aman jugar y estar activos, así que si notas que tu hijo no disfruta haciendo cosas divertidas, o simplemente no las quiere hacer, debes comenzar a pensar en visitar a un psicólogo.
Los pequeños con depresión tienen cambios en los patrones de alimentación, pueden comer más de lo normal o en menores cantidades, de acuerdo con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
También tienen, generalmente cambios en su forma de dormir y en la energía que desprenden a diario, pueden estar más cansados y lentos o más tensos e inquietos de lo que normalmente están.
La depresión puede manifestarse en dificultades para poner atención o para aprender, así como en sentimientos de culpa.
Además, los pequeños con depresión tienen dificultades para entablar relaciones y comportamiento autodestructivo.
Es muy difícil que los niños hablen de sus sentimientos o que identifiquen lo que sienten, así que debes estar atento de si tu hijo tiene alguno de estos síntomas para que no dañen su vida.
Consulta en la galería algunas de las consecuencias de la depresión infantil.