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La almohada es la eterna compañera de los sueños, puede ayudar a una noche placentera pero también puede dañar tu salud.
De acuerdo con un artículo de Harvard, la almohada ideal no debe ser muy suave, ni muy firme, ya que podría causar dolor en el cuello.
Un coojín demasiado suave no le brinda al cuello el soporte que requiere y la cabeza se extiende para hallar algo que lo sostenga.
Para quienes duermen boca abajo es conveniente utilizar una almohada un poco más suave para arroje el cuello hacia atrás más de lo que debería.
Para las personas con apnea las almohadas pueden obstaculizar el uso de la máscara que les ayuda a respirar, por lo que se sugiere utilizar un cojín diseñado especialmente para este padecimiento.
Además, los expertos recomiendan evitar que el cuello esté doblado durante largos periodos de tiempo.
Si la almohada interfiere con tu comodidad para dormir podría derivar en problemas como disminuir el tiempo de crecimiento de los músculos y de reparación de tejidos, así como afectar tu estado de ánimo, el apetito y las habilidades de pensamiento.
La falta de sueño adecuado también incrementa el riesgo de padecer diabetes, obesidad, presión alta y enfermedades del corazón.
En la <span >galería </span>de la parte superior te contamos cómo debe de ser tu almohada ideal.