Estados Unidos atraviesa por una alarmante tormenta invernal. El poderoso ‘ciclón bomba’ de la costa este provocó la cancelación de vuelos y terminó con flora y fauna. La salud humana también está en riesgo.
De acuerdo con la Universidad de Harvard, el frío moderado es benéfico para la salud: mata insectos y microorganismos que contagian enfermedades y hasta puede ayudarnos a adelgazar al estimular la grasa metabólica. Pero las temperaturas congelantes son riesgosas.
La mortalidad aumenta, la presión arterial sube y son más frecuentes los ataques cardiacos. Por supuesto, el virus de la gripe se propaga más fácilmente en el aire seco y frío.
Incluso, la oscuridad del invierno empeora las cosas. “Cuando los días son cortos y el sol alumbra en un ángulo bajo, los niveles de vitamina D en el cuerpo tienden a bajar”, señalan los médicos.
Nuestro cuerpo tiene la capacidad de autorregular su temperatura: la red de vasos sanguíneos de la piel se contrae y “viaja” al interior, por eso se sienten los dedos fríos. También temblamos para generar calor.
Los especialistas aseguran que las personas más altas tienden a enfriarse más rápido porque una mayor área de superficie significa más pérdida de calor.
Puedes tomar más medidas para proteger a tu cuerpo de temperaturas congelantes. Te explicamos en nuestra galería.