El método es costoso e incómodo, pero muchas pacientes juran que resulta efectivo, de acuerdo con el New York Times.
El tratamiento requiere de usar una apretada gorra congelada en la cabeza, antes, durante y después de las sesiones de quimioterapia.
El Hospital Weill Cornell Breast Cancer de Nueva York, es uno de los pocos hospitales en Estados Unidos que usa este método e incluso cuentan con un congelador donado por el Proyecto Rapunzel, un grupo que promueve esta opción para evitar que las mujeres pierdan el pelo durante el combate al cáncer.
La llamada Penguin Cold Cap, semeja a una gorra para nadar, que debe mantenerse congelada y que durante su uso debe cambiarse frecuentemente, la renta de cada unidad cuesta alrededor de 600 dólares.
Investigadores de la Universidad de California en San Francisco recientemente terminaron un estudio, en donde se observó a 100 mujeres que utilizaron este método, pero los resultados aún no han sido presentados, según Clinical Trails.
De acuerdo con la Dra. Hope Lugo, el uso de estas gorras congeladas, aún no es un método aprobado por la FDA, pero se espera que su aprobación ocurra pronto.
La Dra. Tessa Cigler, oncóloga del hospital Weill, dijo al NYT que mantener el cabello durante un tratamiento de quimioterapia permite a las mujeres mayor privacidad y una mejor autoestima
Un costo estimado de este tratamiento es de 2 mil dólares por paciente.
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