Los suplementos de zinc pueden reducir el impacto y la duración de los síntomas del resfriado común y la gripe, incluso pueden proteger al sistema inmunológico de ellos, señala una reciente investigación.
Un grupo de científicos encontró que la ingesta de zinc puede acortar los síntomas de alguna infección del tracto respiratorio como influenza y resfriado común o prevenirlos por completo.
La investigación, publicada en BMJ Open, revisó 28 estudios en los que participaron 5 mil 500 voluntarios para llegar a esta conclusión.
Las personas que ingirieron o utilizaron el zinc de venta libre en forma de aerosol nasal ayuda a aliviar las infecciones del tracto respiratorio (ITR), cuyos síntomas incluyen tos y estornudos.
Los síntomas de los pacientes involucrados en la pesquisa mejoraron e incluso desaparecieron en promedio dos días antes que los pacientes que no utilizaron este elemento dentro de su tratamiento.
En un artículo separado sobre el zinc y los resfriados, la Clínica Mayo señala que el zinc en pastillas o jarabes puede reducir un día la duración de los síntomas del resfriado común si se toma dentro de las 24 horas posteriores a los primeros signos y síntomas de resfriado.
Y es que este nutriente puede evitar que el virus rinovirus, que provoca el resfriado, se multiplique en las fosas nasales y garganta (sistema respiratorio superior) y se aloje en las membranas mucosas de garganta y nariz.
El zinc juega un importante papel como apoyo del sistema inmunológico y en varias funciones corporales para su sano funcionamiento.
Algunos de sus beneficios incluyen:
- Ayuda a la división y crecimiento celular
- Cicatrización de la herida
- Mejora el sentido del olfato y el gusto
- Promueve la descomposición de carbohidratos
- Mejora de la acción de la insulina
El zinc, más allá de estar presente en los suplementos y en medicamento alternativo, se encuentra en alimentos como ostras, carnes rojas, pollo, mariscos, frijoles, nueces, cereales, almejas, hígado, paco, avena, verduras de hortalizas y productos lácteos.
Si bien se considera como un elemento clave en la prevención y recuperación de infecciones virales, el zinc puede traer consigo efectos secundarios molestos para los pacientes.
Según Harvard, el zinc, principalmente en pastillas, puede provocar náuseas e irritación en la boca y la nariz, así como mal sabor; los aerosoles pueden provocar una ligera pérdida de olfato.
En grandes dosis, el zinc promueve el desarrollo de anemia, daño al sistema nervioso y causa deficiencia de cobre
A través de varios estudios, la ciencia todavía está probando la efectividad de este nutriente sobre las infecciones virales como tratamiento principal, más allá de ser un suplemento o un apoyo del tratamiento principal.
Para evitar o para tener una recuperación rápida por infecciones virales en el tracto respiratorio, Harvard recomienda buscar atención médica antes de consumir o utilizar este nutriente por cuenta propia, además de aplicarse las vacunas contra la influenza, lavarse las manos con frecuencia, mantener la distancia física y llevar una dieta saludable.
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