¿Alguna vez has culpado a tu metabolismo de no poder bajar de peso o de aumentarlo cuando es lento?
El metabolismo juega un importante papel en la salud general del cuerpo e incluso sus funciones de quemar calorías repercuten, en parte, en el peso.
Acelerar el metabolismo no es necesariamente una forma de perder kilos por sí sola, sino que es necesario adoptar estilos de vida más sanos, cambiar la dieta diaria y hacer actividades físicas, dice la Clínica Mayo.
Marcio Griebeler, médico e investigador de la Cleveland Clinic define este proceso corporal como un proceso químico que hace que el cuerpo siga funcionando. “Necesita capturar, convertir y quemar energía. La eficacia con la que el cuerpo hace esto depende de cada persona. La genética juega un papel crítico”.
A través del metabolismo, el cuerpo convierte lo que come y bebe (calorías) en energía, cuando el cuerpo está en movimiento o está realizando funciones básicas como respirar, hacer circular la sangre y reparar las células.
La energía que el cuerpo utiliza para estas funciones se denomina tasa metabólica basal.
El metabolismo funciona a diferentes intensidades en diferentes personas, la rapidez se ve determinada principalmente por los genes.
“Cuando se trata de peso, el metabolismo es importante y tiene un componente genético. Sin embargo, si puede cambiar su tasa metabólica es un tema de considerable debate. Claramente, puede cambiar la forma en que equilibra las calorías que ingiere con las calorías que quema a través de la actividad, lo que puede cambiar su peso”, sugiere Harvard.
Las personas no tienen control sobre los aspectos genéticos del metabolismo, pero pueden ayudar a acelerar la forma en que el cuerpo procesa esas calorías.
Para perder peso, es necesario quemar más calorías de las que se ingieren diariamente. Hay varias formas de lograr esto, reduciendo las porciones de la comida, limitar el consumo de azúcares añadidos y las grasas saturadas y trans, entre otras formas más.
Come en horarios regulares para mantener el equilibrio metabólico. Opta por una dieta que oscile entre 1600 y 2400 calorías si eres mujer y 2 mil o 3 mil si eres hombre.
Asimismo, come alimentos ricos en vitamina B, proteínas e incluso alimentos con chile.
A tu rutina diaria agrega algo de entrenamiento físico en intervalos de alta intensidad. Después del entrenamiento el metabolismo se puede mantener acelerado hasta por un día.
Asimismo, haz entrenamiento de pesas, lo que puede aumentar la masa muscular e impulsar el metabolismo.
El estrés es la causa de varias afecciones médicas crónicas. Con relación al metabolismo y peso corporal, el estrés afecta los niveles hormonales y hace que el cuerpo produzca más cortisol de lo normal, misma que se encarga de regular el apetito.
Cuando duermes poco liberas la hormona grelina, que hace que sientas más hambre de lo normal y liberas menos leptina, una hormona que ayuda a la sensación de saciedad.
La falta de sueño interviene con el equilibrio de estas hormonas, lo que provoca finalmente que comas en exceso y promuevas el aumento de peso a mediano y largo plazo.
La hidratación es la vía más eficaz para que el cuerpo funcione de la mejor manera. Un estudio encontró que beber 1.5 litros de agua más al día reduce el peso promedio y el índice de masa corporal en mujeres de entre 18 y 23 años.
Griebeler señala que no hay alimentos mágicos que ayudan a acelerar el metabolismo de forma definitiva.
De hecho, todos los alimentos y bebidas como el café o el té verde que recomiendan para bajar de peso o acelerar el metabolismo, sólo funcionan de forma temporal y regularmente hacen efecto en personas que se mantienen activas y comen saludablemente.
Lo ideal es complementar estas opciones con más alimentos sanos, ejercicio y una mejor calidad de vida.