Avena. Además de nivelar el colesterol, agrega cantidades equilibradas de fibra. Foto: Pixabay
Cebada y granos integrales. Sus derivados reducen el riesgo de enfermedades cardíacas. Foto: Pixabay
Legumbres como frijoles, lentejas, garbanzos o guisantes son ricos en fibra soluble y ayudan a mantener el estómago satisfecho por más tiempo. Foto: Pixabay
Berenjenas y okra. Son verduras bajas en calorías y fuentes de fibra soluble. Foto: Pixabay
Las nueces, almendras y cacahuates mantienen en óptimas condiciones la salud cardíaca, al menos dos onzas de estos elementos disminuyen el LDL (colesterol malo). Foto: Pixabay
Aceites vegetales como canola, girasol, cártamo y otros que suplan las mantequillas o mantecas, ayudan a disminuir el LDL. Foto: Pixabay
Manzanas, uvas, fresas, cítricos. Son ricas en pectina, un tipo de fibra que reduce el colesterol malo. Foto: Pixabay
Alimentos fortificados con esteroles y estanoles (granola, jugo de naranja, chocolate), aumenta la capacidad del cuerpo para absorber el colesterol de los alimentos. Foto: Pixabay
Soya. 25 gramos de proteína de soya contenida en alimentos como tofu o leche de soya puede disminuir hasta un 6 por ciento el colesterol malo. Foto: Pixabay
Pescados grasos. Comerlos dos o tres veces a la semana reduce el colesterol de dos formas: reemplaza las carnes rojas ricas en grasas saturadas y proporciona omega-3 que disminuye los triglicéridos en el torrente sanguíneo. Foto: Pixabay
Suplementos de fibra como psyllium, proporciona fibra soluble que mejora la salud y la digestión. Foto: Pixabay