Las escuelas de México tendrán seis meses para aplicar una prohibición ya existente de la llamada “comida chatarra” o “comida basura” promovida por el gobierno o, de lo contrario, se enfrentarán a fuertes multas, informaron el lunes las autoridades.
La disposición, publicada el 30 de septiembre, se refiere a productos que se han convertido en habituales para dos o tres generaciones de escolares mexicanos: bebidas azucaradas de frutas que se venden en envases triangulares de cartón, patatas fritas, cortezas de cerdo artificiales y cacahuetes salados cubiertos con chile.
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Los administradores escolares que incumplan la orden se enfrentarán a multas equivalentes a poco más de 10 mi pesos y hasta los casi 110 mil pesos, que podrían duplicarse en caso de reincidencia, lo que equivaldría a casi un año de salario para algunos de ellos. La norma aplica tanto a los centros de primaria como de secundaria y de educación superior.
Los niños mexicanos tienen el mayor consumo de comida basura de América Latina y muchos obtienen de estos productos el 40% de su ingesta calórica total, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, que calificó la obesidad infantil como una emergencia nacional en México.
Las autoridades mexicanas afirman que el país tiene el peor problema de obesidad infantil del mundo, con cerca de un tercio de los niños con sobrepeso u obesidad. Pero los intentos anteriores para aplicar leyes contra la comida chatarra han tenido poco éxito.
La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, dijo el lunes que las escuelas tendrían que ofrecer bebederos de agua y refrigerios alternativos. “Es mucho mejor comer un taco de frijoles que una bolsa de papas", indicó Sheinbaum el lunes. "Es mucho mejor un agua de jamaica que un refresco”.
Pero poner en marcha estas alternativas no es tan sencillo.
La gran mayoría de las 255,000 escuelas que hay en México carecen de agua potable gratuita para los alumnos. Según un informe de 2020, el esfuerzo por instalar fuentes de agua sólo tuvo éxito en unas 10,900 escuelas del país, es decir, alrededor del 4% del total.
Además, muchas escuelas están situadas en zonas tan pobres o remotas que tienen dificultades para mantener baños aceptables, electricidad o conexión a Internet.
Sobre la propuesta de la presidenta, las recetas más comunes de frijoles —los frijoles refritos— suelen contener una dosis significativa de manteca de cerdo, lo que violaría las normas contra las grasas saturadas.
México instituyó etiquetas de advertencia en la parte frontal de los alimentos entre 2010 y 2020, para advertir a los consumidores sobre los altos niveles de sal, azúcar añadido, exceso de calorías y grasas saturadas. Algunos aperitivos llevan las cuatro etiquetas negras octogonales de advertencia.
Pero según las nuevas normas, los centros escolares tendrán que eliminar de sus puestos cualquier producto que contenga una sola etiqueta de advertencia.
No quedó claro de inmediato cómo aplicará el gobierno la prohibición en las aceras de las escuelas, donde los vendedores suelen colocar mesas con productos para vender a los niños durante el recreo.