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La cirugía para perder peso se ha vuelto muy popular en Estados Unidos, un procedimiento que provoca al paciente no comer de más y quedar satisfecho sin necesidad de comer más de lo necesario.
Esto se debe a que el proceso implica reducir el tamaño del estómago provocando la pérdida del apetito y comer menos.
Esta práctica se ha convertido en una cirugía muy utilizada entre jóvenes, en los últimos 3 años más de 500 personas en EU de menos de 25 años se realizaron esta operación.
Sin embargo, quienes se someten a este procedimiento, según un estudio realizado recientemente por la Universidad de Stanford, también pierden poco a poco el sentido del gusto, debido a una alteración hormonal al apetito.
Lo que significa que al alterar el sistema digestivo para que no se coma excesivamente y se tenga menos hambre, también provoca que la comida sepa menos deliciosa.
Si se baja de peso a través de métodos no tan invasivos como el ejercicio y la dieta, no se alteran las papilas gustativas, pero si fue por medio de una cirugía puede existir un daño mayor.
Los doctores recomiendan llevar a cabo ciertos ejercicios que ayuden a estimular el sentido del gusto, como masticar la comida 60 veces antes de tragarla. Este ejercicio ocasionará comer más despacio y saborear cada mordida de los alimentos y ayudar a que el cerebro registre cada sabor.
Así que aunque por una parte esta cirugía proporciona una ayuda a la salud y la estética física, la comida nunca sabrá igual.
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