El Gobierno canadiense anunció este miércoles que para finales de enero tendrá a su disposición 140 millones de test rápidos de antígenos para su distribución en los hogares del país, ante la saturación de los laboratorios que realizan pruebas de PCR y el rápido aumento de los casos por la variante ómicron.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, señaló durante una rueda de prensa que los test rápidos que serán distribuidos a los Gobiernos provinciales cuadruplicarán los 35 millones entregados en diciembre de 2021.
La población oficial de Canadá se estima en la actualidad en 38 millones de personas.
Trudeau declaró que espera que las autoridades provinciales, que son las que tienen competencias sanitarias, distribuyan los test rápidos a sus ciudadanos para así poder "pasar esta ola de ómicron" lo mejor posible.
El primer ministro canadiense también dijo que Canadá cuenta con suficientes unidades de las vacunas contra la covid-19 para que todos los canadienses reciban las tres dosis recomendadas por las autoridades sanitarias del país, y animó a los que todavía no se han vacunado a que lo hagan.
"Tenemos las vacunas que necesitamos para todos los canadienses, así que por favor, vacúnense", dijo Trudeau.
Las últimas cifras señalan que el 77 % de la población canadiense ha recibido la pauta completa de las vacunas contra la covid-19 y que un 82,4 % está parcialmente vacunada.
Canadá está viviendo una explosión de casos de covid-19 alimentada por la variante ómicron. Este miércoles, el país registró 37.410 nuevos casos tras alcanzar el 1 de enero el máximo histórico de 46.741. El porcentaje diario de test positivos se sitúa en el 28,3 %.
Pero los expertos han señalado que la cifra real de casos es muy superior, por la incapacidad del país a realizar pruebas de covid-19 a todas las personas que lo requieren.
Además, las personas que obtienen resultados positivos con pruebas rápidas de antígenos como las que Trudeau anunció hoy, no tienen forma de notificar a las autoridades sanitarias de su condición, por lo que no son contabilizadas en las estadísticas oficiales.
La explosión de casos ha obligado a provincias como Ontario y Quebec, las más pobladas del país, a reinstaurar límites estrictos en restaurantes, reuniones en interiores y otras actividades para contener el aumento de los casos.