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Las enfermedades cardiovasculares son las principales causas de muerte en Estados Unidos, con un promedio de 840 mil 700 decesos al año y costos anuales estimados en más de $351.2 mil millones de dólares, incluidos gastos directos y atención hospitalaria, aseguran informes de la American College of Cardiology (ACC).
Los riesgos de sufrir un infarto, hipertensión arterial o diabetes de tipo II suelen relacionarse con hábitos poco saludables, mala alimentación, tabaquismo y alcoholismo.
Harvard Medical School señala que la solución, o reducción del desarrollo de estas enfermedades, se vinculan con cambios positivos en los estilos de vida de cada individuo.
Una reciente investigación, que analizó datos de más de 55 mil voluntarios con estilos de vida diferentes, encontró que las personas con una dieta equilibrada, un peso corporal saludable y sin vicios, tenían la posibilidad de reducir el desarrollo de enfermedades cardíacas hasta un 50 por ciento.
Basados en este tipo de datos positivos y las alarmantes estadísticas sobre muertes y aumento de diagnósticos anuales, la ACC y la American Heart Association (AHA) detallan recomendaciones de comportamiento para reducir este tipo de enfermedades del corazón.
Las pautas sugeridas por ambas organizaciones incluyen dietas específicas avaladas por expertos, ricas en frutas, verduras, legumbres, nueces y pescados, así como la limitación de sodio, grasas saturadas y carbohidratos, además de una serie de cambios en la vida cotidiana, los cuales se presentan a continuación.
Limitación del consumo de alcohol. Estudios aseguran que los daños cardíacos y hepáticos aparecen tras consumir más de 100 gramos de alcohol por semana o alrededor de 7 bebidas de cervezas, vinos o licores.
Control de la presión sanguínea a través de atención médica y alimentos saludables incluidos en dietas como la DASH o la Mediterránea.
Disminución del colesterol malo a través de grasas saturadas y aumento del colesterol bueno con grasas naturales como la oliva, cártamo, maíz o de girasol.
Conciencia sobre el desarrollo de diabetes y sus consecuencias en la salud general del cuerpo. Limita el uso de grasas y azúcares en tus alimentos diarios.
Practicar ejercicio de forma constante, con entre 75 y 150 minutos a la semana de caminatas, carreras, natación, bicicleta u otro tipo de <span >actividad aeróbica</span>, o bien caminar 4 mil 400 pasos al día.
Dejar de fumar o disminuir uniformemente las cantidades de cigarros diarios.