Las discusiones de pareja son inevitables. Incluso los matrimonios que parecen más felices pelean sobre los mismos temas que los más infelices: hijos, dinero, suegros e intimidad. Pero, ¿cómo logran superarlo los primeros?
Un estudio del Laboratorio de Relaciones y Desarrollo de la Facultad de Educación, Salud y Ciencias Humanas en la Universidad de Tennessee en Knoxville tiene la clave.
Amy Rauer, autora principal de la investigación, anota que las parejas felices tienden a adoptar un enfoque de solución de conflictos al reñir.
Tras estudiar el comportamiento de 121 parejas heterosexuales, los investigadores hallaron que las más felices discuten temas que pueden solucionarse y ofrecen argumentos claros. Por ejemplo, la distribución de las tareas domésticas o cómo pasar el tiempo libre.
“Estas parejas rara vez optan por discutir sobre temas que son más difíciles o imposibles de resolver. Esta decisión estratégica puede ser una de las claves para su éxito matrimonial. Centrarse en los problemas perpetuos y más difíciles puede socavar la confianza en la relación”, anota Rauer.
Al dar solución a sus problemas, tienen la confianza para abordar temas más delicados.
Durante el estudio se observaron a dos muestras de parejas: 57 tenían alrededor de 30 años y habían estado casados un promedio de nueve años; 64 de las parejas tenían poco más de 70 años y habían estado casados un promedio de 42 años.
Sin importar la edad, los problemas más graves fueron: la intimidad, el ocio, el hogar, la comunicación y el dinero. Calificaron como “menos serios” los celos, la religión y la familia.
Las parejas que se enfrascan en problemas de más difíciles, que escapan de sus manos, o sin solución son infelices. Por ejemplo, intimidad, infidelidad y problemas de salud.
“Dado que estos problemas tienden a ser más difíciles de resolver, es más probable que conduzcan a una menor felicidad matrimonial o la disolución de la relación, especialmente si las parejas no han acumulado éxitos anteriores para resolver otros problemas matrimoniales. También hacen que la pareja se sienta vulnerable o avergonzada”, dijo Rauer.
En otras palabras, Amy Rauer sugiere que las parejas deben aprender a discutir: diferenciar los problemas que tienen solución de los que no la tienen. Saber elegir las batallas.
La Universidad de Tennessee reportó que las parejas más duraderas dijeron que han aprendido a no enfrascarse en temas pasados o que “no valen la pena”. Por supuesto, es indispensable no llegar a la violencia físca o verbal.