Conforme pasan los años, solemos centrar la atención y ayuda en los demás. Procuramos a los amigos durante la adolescencia, trabajamos en horarios extremos en la edad adulta y buscamos la atención de otros en la vejez, pero, ¿cuándo tenemos tiempo para nosotros mismos?
El psicólogo clínico David R. Topor señala que las vacaciones suelen estar llenas de ajetreo y bullicio. “Hay mucho entusiasmo por ver a familiares y amigos, pero también estrés, viajes, largas colas, planificación, preparación, y una variedad de emociones de positivas a negativas”.
Para muchas personas, la temporada decembrina es sinónimo de planear y cuidar de los demás. Sin embargo, también puede representar un lapso privilegiado para el descanso y el arte de cuidar de nosotros mismos.
La psicóloga Monique Tello, de la Universidad de Harvard, resalta la importancia del autocuidado: “no podemos estar bien con los demás si no lo estamos con nosotros primero”.
El primer paso para lograrlo es realizar actividad física regularmente, pues ésta reduce el estrés, mejora el estado de ánimo y eleva los niveles de energía.
“Piense en cómo esa actividad placentera puede encajar en su vida: tal vez pueda ir en bicicleta al trabajo, o llevar a sus hijos a una caminata fácil, o hacer que toda la familia recoja hojas en el jardín con usted”, señala la especialista.
Aún en tus días más ocupados, puedes cuidar de ti mismo. Sube escaleras en lugar de tomar el elevador, estaciona tu auto lejos del trabajo… etc.
En nuestra galería, los mejores consejos de Harvard para cuidar de tu cuerpo y salud mental en vacaciones.