El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se aplicó el martes la vacuna cubana Abdala durante un acto en el que defendió los biológicos de Cuba y Rusia que utilizará su gobierno como refuerzo contra el COVID-19 y cuya efectividad ha sido cuestionada por algunos especialistas.
“No se dejen confundir”, dijo López Obrador tras aplicarse el refuerzo cubano y otra vacuna contra la influenza durante un acto en el palacio de gobierno donde también fue vacunado el secretario de Salud, Jorge Alcocer.
El mandatario, que se contagió hace seis meses de COVID-19 por tercera vez, consideró “absurdos gigantescos” los comentarios que se han hecho contra la eficacia de las vacunas cubanas y rusas y sostuvo que las críticas responden a intereses, pero no ofreció detalles.
“Ha habido desinformación, todo por interés o mala fe”, dijo López Obrador al defender las evaluaciones que realizó la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para la aprobación de los inoculantes y adelantó que próximamente se autorizará la venta en el país de las vacunas Pfizer, AstraZeneca y Moderna.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Ruy López, anunció el martes que ya se emitió una opinión favorable para las vacunas de Pfizer y Moderna y que se solicitó más información en el caso de AstraZeneca.
López Obrador informó que la vacuna Patria, que desarrolló México, ya está lista y podría estar disponible para noviembre. Algunos analistas han señalado que el biológico mexicano no está diseñado para las nuevas variantes del coronavirus.
El gobierno mexicano anunció en septiembre que se utilizarían más de nueve millones de dosis de la vacuna rusa Sputnik y de Abdala como parte de un plan nacional de refuerzo contra el COVID-19 que se aplicará en los hospitales públicos a la población mayor de 60 años, embarazadas y personas con comorbilidades y enfermedades de alto riesgo.
En ese momento Alcocer dijo que México contaba con más de 5,38 millones de dosis de la vacuna cubana y que se esperaba la llegada de cuatro millones de unidades de la vacuna rusa.
El gobernante, de 69 años, se contagió de COVID-19 a principios de 2021 y un año después se enfermó nuevamente con el virus. Tras el segundo contagio López Obrador, que sufrió en 2013 un infarto, se sometió a un cateterismo.