Los primeros mil días de vida son cruciales para el desarrollo del cerebro, por eso la nutrición juega un papel protagónico en la vida de un niño.
Claire McCarthy, pediatra de la Universidad de Harvard, dice que las formas en las que se desarrolla el cerebro durante el embarazo y los primeros dos años son como andamios:
“Los nervios crecen, se conectan y se cubren de mielina, creando sistemas que deciden cómo un niño, y el adulto en el que se convierte, piensa y siente. Esas conexiones afectan los sistemas sensoriales, el aprendizaje, la memoria, la atención, la velocidad de procesamiento, la capacidad de controlar impulsos y el estado de ánimo”, explica.
El entorno donde crecen y los alimentos que consumen los pequeños determinan las conexiones y cambios. Por eso, la leche materna es tan importante.
Cuando los niños dejan de tomar leche es necesario dotarlos de alimentos nutritivos. No basta con llenarlos de verduras, las proteínas y ácidos grasos también son necesarios.
McCarthy recomienda darles leguminosas, vísceras y cereales. En nuestra galería, algunos de los nutrientes que sugiere para alimentar a los más pequeños de la casa.
Para una dieta específica, acude con tu nutriólogo.