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La fibra dietética es un carbohidrato que se encuentra en alimentos vegetales. Está compuesto por moléculas de azúcar unidas entre sí.
De acuerdo con la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), la mayoría de los estadounidenses no obtienen la cantidad recomendada y, por ende, tienen problemas intestinales y aumenta su riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Hay dos tipos de fibra dietética que ayudan a mejorar las funciones del cuerpo humano. La fibra soluble se disuelve en agua para formar una sustancia gruesa similar a un gel en el estómago. Se descompone por bacterias en el intestino grueso y proporciona algunas calorías.
Ayuda a la absorción de grasas y colesterol. También ralentiza la velocidad a la que los carbohidratos y otros nutrientes se absorben en el torrente sanguíneo. Los especialistas aseguran que así también se puede controlar el nivel de glucosa en la sangre.
Para obtenerla, puedes consumir alimentos como: frijoles, chícharos, manzanas con cáscara, salvado de avena, nueces, semillas y vegetales (brócoli, zanahorias y pimientos rojos).
La fibra insoluble no se disuelve en agua y pasa a través del tracto gastrointestinal relativamente intacta y, por lo tanto, no es una fuente de calorías. La encuentras en alimentos de granos enteros como el arroz integral, pan, cereales y pasta.
Éste tipo de fibra acelera el metabolismo y ayuda a prevenir el estreñimiento. “Tanto la fibra soluble como la insoluble lo hacen sentir lleno, lo que puede ayudarlo a comer menos y mantenerse satisfecho por más tiempo”, remarca la FDA.
Antes de implementar cualquier tipo de dieta, asegúrate de ir a un nutriólogo, pues el exceso de fibra puede causar gases, hinchazón, diarrea y calambres abdominales a medida que las bacterias intestinales intentan procesarla.
Mira en nuestra galería, algunos consejos de la FDA para implementar una dieta con alto contenido de fibra.