Cuando hay una gran cantidad de estrés y ansiedad en el día a día no es raro no tener energía para preparar comida casera o comer lo que está a la mano.
En lugar de cocinar o comer una ensalada, pues es más fácil pasar comprando una hamburguesa o comer el resto de la pizza del día anterior.
De acuerdo a George Fear, nutricionista registrada en Canadá, los tratamientos para manejar la ansiedad, depresión u otras condiciones mentales se centran en medicamentos, ejercicios o terapia.
Sin embargo, ella sostiene que el tipo de nutrición de una persona podría influir en la salud o desórdenes mentales.
“La salud mental incluye nuestro bienestar social, emocional y psicológico. Afecta cómo pensamos, sentimos y actuamos. También determina cómo manejamos el estrés, nos relacionamos con otros y tomamos decisiones saludables. La salud mental es importante en cada etapa de la vida, desde la niñez y adolescencia hasta la adultez”, definen los Centros para el Control y de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Pero tener una salud mental pobre no es lo mismo que tener una enfermedad mental, sostiene el CDC.
Una persona con una enfermedad mental puede experimentar períodos de bienestar físico, mental y social.
Y una persona puede tener salud mental decaída y no ser diagnosticada con enfermedad mental.
Ahora bien. Fear sostiene que las personas con depresión, por ejemplo, tienden a tener menos energía o ánimo para preparar comidas saludables.
La nutricionista sostiene que aunque no se sabe mucho sobre cómo la nutrición afecta la salud mental, sí se sabe cómo afecta la salud en general.
Por otra parte, el doctor Rob Danoff, médico de familia y director del programa de residencia en Jefferson Health-Northeast (Filadelfia), recomienda poner atención en siete nutrientes que pueden estar faltando en la dieta.
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