Los residentes del sur de Florida han avistado con frecuencia sapos de caña y temen por la seguridad de sus mascotas, pues son tóxicos.
Ohilda Gilbert, agente de bienes raíces, publicó en su cuenta de Facebook: “¿A quién puedo llamar para deshacerme de estos monstruos? ¡Me estoy muriendo. Tengo 3 perros!”, publicó junto a la fotografía de un sapo verdoso junto a la bomba de una piscina.
La Comisión de Conservación de Vida Silvestre de Florida (FWC) informó que los sapos de caña, cuyo nombre científico es Rhinella marina, son una especie de anfibio grande y no nativo que se ha introducido en Florida.
Son considerados una especie invasora y venenosa para los animales que intentan morderlos, por lo que piden a los residentes del estado atraparlos e incluso matarlos cuando los vean en su propiedad para mantenerlos alejados de sus mascotas.
Tienen glándulas agrandadas detrás de los ojos, que se inclinan hacia abajo sobre los hombros. Las glándulas secretan una potente toxina blanca lechosa (bufotoxina) como defensa contra los depredadores, incluidas las mascotas domésticas. Sus huevos también pueden dañar o matar a los animales que los comen.
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¡Ojo! Las secreciones que expiden pueden irritar la piel y los ojos de las personas que entran en contacto con ella. Visita a un médico si esto ocurre.
“Los sapos de caña no están protegidos en Florida, excepto por la ley contra la crueldad, y pueden retirarse de la propiedad privada durante todo el año con permiso del propietario”. anotan.
También conocidos como sapos Bufo, son de color marrón rojizo a marrón grisáceo con un vientre amarillo claro o beige y pueden ser de color uniforme o tener marcas más oscuras alrededor del cuerpo. Su tamaño va de los 15 a los 22 centímetros de largo, usualmente.
Esta especie es invasora y en el estado de Florida aumenta su presencia durante la temporada de lluvias. Lo mismo puede estar en áreas urbanas que en agrícolas, aunque es más frecuente verla junto a canales, estanques, arroyos, zanjas y aguas estancadas.
FWC explica que estos sapos fueron introducidos al estado en las décadas de 1930 y 1940 para controlar las plagas en los campos de caña de azúcar, pero su población aumentó como resultado de fugas y comercio.
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