Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) emitieron una alerta por una cepa de salmonela en queso mexicano y carne de res estadounidense, que es altamente resistente a los antibióticos.
Los productos con este tipo de bacteria han causado 255 casos de infección y 60 hospitalizaciones, entre junio de 2018 y marzo de 2019. Del total, 89 personas informaron que habían consumido queso fresco artesanal, procedente de México.
Los CDC detectaron una “disminución de la susceptibilidad a la azitromicina” en la bacteria salmonella Newport, aunque es el medicamento que generalmente de receta para tratar la salmonelosis.
El informe reciente de la dependencia exhortó a la población a no comer queso blando mexicano, que podría estar hecho de leche no pasteurizada. Con respecto a la carne estadounidense, recomendó que se prepare con las temperaturas de cocción adecuadas.
En 2018 se registró el inicio del brote de salmonella Newport, relacionado con la carne molida contaminada. Después se detectó un vínculo con las enfermedades y el consumo de queso en viajes a México.
El origen de la carne contaminada se identificó en una planta de sacrificio de Texas. Por otra parte, uno de los quesos con riesgo se encontró a la venta en un mercado de Tijuana, aunque era procedente de Oaxaca.
No obstante, los pacientes con salmonelosis habían viajado a 16 estados diferentes a lo largo de la República Mexicana, por lo que no se ha encontrado su origen exacto.
Ya que la cepa de salmonella Newport presentó resistencia a la azitromicina, los CDC intentaron con ciprofloxacina, que demostró mayor efectividad.
Las personas pueden enfermar cuando ingieren un alimento que no fue correctamente lavado y tiene restos de materia fecal. Entre los principales síntomas que provoca se encuentran las náuseas, vómitos, diarrea, fiebre, dolor de cabeza y calambres abdominales.
Con el tratamiento adecuado, los pacientes no tienen daños severos, pero las posibles complicaciones pueden causar hasta la muerte.