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El Aeropuerto Internacional Pittsburgh instaló una sala para personas con autismo. En ella, podrán ajustar los estímulos sensoriales, según sus necesidades.
Nombrado Presley's Place, la instalación tiene 1,500 pies cuadrados y cuenta con múltiples habitaciones. A través de un comunicado, enfatizaron que crean la sala porque volar o visitar un aeropuerto puede ser una experiencia estresante, en especial para las personas con autismo.
Rich Fitzgerald, ejecutivo del condado de Allegheny, felicitó a los socios, 40 organizaciones y empleados del aeropuerto por brindar un servicio y espacio seguro para viajeros con necesidades.
La instalación está compuesta por un vestíbulo de transición (similar a la entrada de un avión real), una habitación para familias y varias habitaciones individuales. La decoración incluye tubos de burbujas sin sonido y referencias a los aviones.
“American Airlines y Magee Plastics donaron una cabina de avión y asientos, que incluyen compartimentos superiores y luces de trabajo sobre ellos”, anotan.
Así, los niños y adultos con autismo pueden familiarizarse con el avión antes de abordarlo.
La idea surgió del empleado Jason Rudge, cuyo hijo de 4 años tiene autismo. “Muchos padres piensan que nunca podrán viajar con sus hijos, pero tener una sala sensorial en el aeropuerto puede cambiar ese pensamiento”, dice a través de un comunicado.
La Organización Mundial de la Salud señala que 1 de cada 160 niños tiene un trastorno del espectro autista. Este trastorno afecta la comunicación y el comportamiento.
Según la Asociación Americana de Psiquiatría, las personas con trastorno autista tienen dificultad con la comunicación e interacción con otras personas.
Suelen tener intereses restringidos y comportamientos repetitivos. Se enojan por cambios en la rutina y son más o menos sensibles que otras personas a la luz, el ruido, la ropa o la temperatura.
Contar con zonas de tranquilidad y alivio de la estimulación sensorial los ayuda. Por ejemplo, habitaciones con iluminación ajustable y áreas libres de ruido. En el Aeropuerto Internacional de Pittsburgh además hay experiencias sensoriales en función del sonido, olfato, vista y tacto.