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Los adolescentes duermen menos que en generaciones anteriores. La Universidad de Harvard alerta que esto los hace más propensos a padecer enfermedades del corazón en la adultez.
En los últimos 20 años, la cantidad de horas de sueño que los adolescentes ha disminuido significativamente. Únicamente la mitad duerme más de siete horas, el resto duerme, en promedio, cinco, señala la revista Pediatrics.
La pediatra Claire McCarthy señala que esto es una mala noticia por dos razones: cuando dormimos menos no sólo estamos de mal humor, también somos menos capaces de aprender y retener información.
Asimismo, “nuestros tiempos de reacción son más largos, podemos tener cambios de conducta o problemas de salud mental, y esto afecta nuestra salud”, señala en el blog de la Escuela de Medicina de Harvard.
De acuerdo con los investigadores estadounidenses, los adolescentes que duermen menos también aumentan su puntaje de riesgo metabólico. Es decir, tienen “más probabilidades de tener grasa abdominal, presión arterial alta y lípidos sanguíneos anormales, así como resistencia a la insulina, algo que aumenta la riesgo de diabetes”.
Otras investigaciones han asociado la falta de sueño con poca concentración, depresión y mayor riesgo de accidentes automovilísticos.
El aumento en los trastornos de sueño en adolescentes se vincula al tiempo excesivo que pasan frente a los dispositivos electrónicos.
La luz azul que emiten los celulares es perjudicial para el cuerpo humano porque suprime la melatonina de manera más poderosa y afecta los ritmos circadianos por el doble (hasta tres horas). Ésta prolifera en focos fluorescentes, luces LED y dispositivos electrónicos.
Además de la exposición al celular, los investigadores suponen que también es dañino tener la televisión y lámparas de mesa encendidas.
Claire McCarthy recomienda establecer normas en casa para que los dispositivos electrónicos se apaguen una hora antes de ir a dormir. Las alertas de mensajes deben ser desactivadas.
“Siéntese con su hijo adolescente y observe cómo se ha gastado su tiempo, y planifique el día para que puedan irse a la cama a tiempo. Si su tarea y otras actividades hacen que sea imposible dormir por lo menos ocho horas, entonces algo tiene que ceder. La salud física y mental necesita ser más importante que lo que sea que estén haciendo en lugar de dormir”, apunta.
Mira en nuestra galería más datos sobre cómo afecta la luz azul.