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Volar puede ser la parte menos placentera de un viaje debido a los efectos adversos que la presurización de las cabinas puede tener en el cuerpo humano al pasar horas en ese ambiente a más de 30 mil pies de altura.
La presurización artificial, baja humedad, espacios apretados y los niveles reducidos de oxígeno crean la tormenta perfecta para mareos, dolores de articulaciones, piel seca, mal sabor de boca e incluso halitosis.
Tomar en cuenta los efectos de los vuelos largos en el cuerpo humano puede ayudar a tomar acciones para mitigarlos.
Vive USA te presenta la siguiente recopilación de los principales efectos adversos de volar en el cuerpo humano.
1. Mal aliento. Muchas de las funciones corporales se reducen con el cambio dramático de la presión atmosférica durante el vuelo, por lo que el metabolismo decide dar prioridad a otras funciones.
Las glándulas salivares producen menos saliva, lo que implica el incremento de bacterias en la boca, lo que deriva en la halitosis. Además de que el común de los pasajeros consume botanas, bebidas endulzadas o chocolates, el problema se exacerba debido a que las bacterias utilizan el azúcar para reproducirse.
Para remediar este problema, intente comer sanamente, beber agua y lavarse los dientes después de cada alimento. Las pastillas de menta pueden ayudar, pero sólo serán un sucedáneo del problema.
2. Trombos. La trombosis venosa profunda ocurre cuando se forma un coágulo de sangre en alguna de las venas profundas del cuerpo debido a la mala circulación. Es un riesgo bien conocido que una de cada mil personas en viajes largos puede desarrollar una trombosis si no mueve sus extremidades durante el vuelo.
Las condiciones de hacinamiento, deshidratación y baja presión de la cabina contribuyen en conjunto a este problema vascular, de acuerdo con la Asociación Estadounidense del Corazón. Los síntomas de alerta son el adormecimiento de piernas, pesadumbre de las extremidades y marcas causadas por los calcetines.
Para evitar el evento de una trombosis promueva la circulación de su cuerpo dando algunos pasos una vez cada hora aproximadamente. En caso de no poder hacerlo, se recomienda rotar las piernas en círculos cada media hora para promover la circulación.
3. Alteración del sentido del gusto. La capacidad de percibir los sabores se puede reducir hasta en un 30 por ciento durante los vuelos debido a que a la altura de los vuelos comerciales la humedad de la cabina se reduce por debajo del 15 por ciento, lo que se requiere para mantener humectados los canales nasales y las membranas mucosas.
Para evitarlo, se recomienda beber mucha agua y mantener la boca húmeda de manera regular. Beber un par de vasos de agua cada hora te mantendrá hidratado.
4. Mareos. La presurización de las cabinas provoca una sensación similar a la de estar en la cima de una montaña. Como resultado, el oxígeno se reduce y los niveles de oxígeno en la sangre decaen a alrededor de 93 por ciento a la altura de crucero. El resultado de la insuficiencia de oxígeno es la fatiga corporal, dolores de cabeza y mareos.
Para resolverlo, hay pocas cosas para evitar las condiciones de baja oxigenación, pero se recomienda evitar el consumo de alcohol que reduce la eficiencia en la absorción de oxígeno. Estos efectos de volar son menos severos para las personas en buena condición física y para los no fumadores.
5. Piel Seca. La presurización de las cabinas en conjunto con los bajos niveles de humedad produce efectos en la piel, ya que la humedad recomendada para los seres humanos es del 30 al 64 por ciento.
En un avión la humedad puede reducirse hasta niveles del 2 por ciento, por lo que la humedad natural de la piel se evapora en la medida de la duración del vuelo. El estrés puede incrementar la resequedad de la piel para las personas nerviosas, lo que contribuye con los enrojecimientos y salpullidos.
Para remediarlo, se recomienda mantenerse hidratados con el consumo de agua, y guardar una crema humectante en el equipaje de mano.
6. Estreñimiento. Los vuelos son de por sí incómodos, pero permanecer sentados por periodos extendidos de tiempo, así como el cambio dramático en la presión sobe el cuerpo, ocasiona la reducción del metabolismo.
El resultado es la producción de gases, dolores de estómago y estreñimiento. La alteración de los ciclos circadianos del cuerpo también contribuyen a aletargara el ciclo digestivo.
Para evitarlo, evite ingerir comidas abundantes antes de abordar o durante el vuelo. Ayuda levantarse del asiento y tener movimiento alrededor de cada hora, así como comer botanas ricas en fibra como nueces o semillas que ayudan a la digestión, y si tiene ganas de ir al sanitario, no lo postergue.
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