Aunque los cigarrillos electrónicos no son productos libres de tóxicos, un estudio reciente dirigido por investigadores del Georgetown Lombardi Cancer Center, de la universidad estadounidense de Georgetown, comprobó que estos pueden ayudar a prolongar la esperanza de vida de las personas que fuman.
David Levy, profesor de oncología en Georgetown Lombardi Center, investigó con un equipo de expertos a su cargo diferentes variables del uso-consumo de cigarros electrónicos tales como el daño causado por estos, la cantidad de consumo entre los jóvenes y la tasa de cesación, entre otros.
Se determinó que si el cigarrillo común es reemplazado por vaporizadores dentro de un periodo de 10 años se lograría que 6,6 millones de personas vivieran un total de hasta 86.7 millones de años extra en total.
De acuerdo con un comunicado del Centro Georgetown, se realizaron “dos proyecciones, una descrita como optimista y una pesimista, que se hicieron sobre la base de diferentes escenarios con respecto a los daños relativos de los cigarrillos electrónicos en comparación con los cigarrillos, así como las diferencias en el momento de la iniciación de fumar, el cese y la conmutación. Ambos escenarios concluyen que aún habrá considerables muertes prematuras evitadas, pero también un número mucho mayor de años de vida salvados”.
La investigación actual y sustancial sobre el uso de vaping muestra que el uso de cigarrillos electrónicos puede ayudar a los fumadores a renunciar a los cigarrillos.