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De acuerdo con la Universidad de Yale, el 20% de los estadounidenses se contagia de gripe cada año y los resfriados son aún más frecuentes.
Este tipo de enfermedades se incrementa durante el invierno. Los virus causantes de la gripe se propagan cuando una persona infectada tose o estornuda y se entra en contacto con las ‘gotitas que quedan en el aire.
Una persona también puede contagiarse de gripe al tocar una superficie infectada con el virus. Los síntomas son molestos: incluyen fiebre, tos, dolor de garganta, moqueo o congestión nasal, dolores musculares, fatiga y, a veces, vómitos y diarrea.
Los resfriados tienen síntomas más leves, pero son molestos e imposibilitan realizar actividades cotidianas. Por lo tanto, vacunarse y lavarse las manos con frecuencia son las mejores opciones para evitar contraer gripe. Aunque no son garantía, pueden reducir el riesgo hasta en un 80%.
Uno de los mitos más comunes es que la vacuna causa gripe. La Universidad de Harvard señala que esto es falso.
“La vacuna está hecha con un virus inactivado que no puede transmitir la infección. Se necesita dejar pasar una semana o dos para obtener protección de ésta, por lo que sí se corre el riesgo de enfermarse, pero no quiere decir que la vacuna causó la enfermedad”.
La gripe y el resfriado son enfermedades tan comunes que existe mucha desinformación sobre ellas. En nuestra galería desmentimos algunos mitos, con información de Yale y Harvard.