El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes positivas o negativas. Pero tiene muchas caras: puede ser positivo y motivarnos a hacer algo mejor o negativo cuando se vuelve crónico.
Actualmente, millones de personas padecen estrés en su vida diaria como consecuencia de la presión a la que son sometidas en el trabajo y en sus relaciones personales.
El psicólogo clínico Adam Borland, de Cleveland Clinic, dice que todo el mundo experimenta estrés, que puede desencadenarse por una variedad de eventos, desde pequeños problemas diarios hasta cambios importantes como un divorcio o la pérdida del trabajo.
La respuesta al estrés incluye componentes físicos como una frecuencia cardíaca y presión arterial elevadas, pensamientos y creencias personales sobre el evento estresante y emociones que incluyen el miedo y la ira.
Borland agrega que es posible aliviar ciertos niveles de estrés si se adoptan hábitos saludables. Por supuesto, si tu estrés es prolongado y ya te afecta a un nivel profundo de ansiedad o depresión lo mejor es consultar con un psicólogo.
“Si bien nadie puede evitar todo el estrés, puede trabajar para manejarlo de manera saludable que aumente su potencial de recuperación”, explica.
Toma nota de sus 10 hábitos para disminuir el estrés.
Aunque comer comida chatarra y dulces parece calmar el estrés, a largo plazo es contraproducente. Tu cuerpo necesita la energía y los nutrientes necesarios para enfrentar el día a día, por lo que lo mejor es adoptar una alimentación saludable.
Diversos estudios han demostrado los beneficios del ejercicio contra el estrés. El psicólogo de Cleveland Clinic recomienda realizar ejercicios aeróbicos no competitivos, como el fortalecimiento con pesas o actividades de movimiento como yoga o Tai Chi.
“Se ha demostrado que el ejercicio aeróbico libera endorfinas, sustancias naturales que te ayudan a sentirte mejor y a mantener una actitud positiva”, anota.
Quizá piensas que fumar te relaja, pero la realidad es que la nicotina genera más exitación física y reduce el flujo sanguíneo y la respiración. A la larga, aumenta la tensión.
De acuerdo con la APA, se ha probado que la meditación consciente puede reducir el estrés psicológico y la ansiedad. Hazlo en un lugar limpio, tranquilo. “Siéntese, respire y concéntrese en el momento presente”, sugieren.
También puedes practicar la respiración profunda u optar por la relajación muscular progresiva y meditación consciente.
Vuelve a tus hobbies, escucha tu canción favorita, termina el día con la serie que más te divierte y recupera el humor. Por el contrario, reduce los desencadenantes de estrés: aquellas cosas que te llenan de exigencias. Establece prioridades, controla tu rutina y reserva tiempo para ti.
“Cuanto más reflejen sus acciones sus creencias, mejor se sentirá, sin importar cuán ocupada esté su vida. Utilice sus valores al elegir sus actividades”, anota el Dr. Borland.
Aprender a decir “no” cuando no tienes tiempo disponible o energía para llevar tareas a cabo te ayudará a aliviar el estrés.
Los propósitos que no son medibles son más difíciles de cumplir; por ejemplo “quiero ser un buen esposo”. En cambio, decir “dedicaré dos días completos a mi pareja” es una meta medible.
Marcelo Campos apunta que es importante no ser demasiado ambicioso. “Mucha gente apunta a un objetivo que puede ser demasiado difícil de lograr. La mayoría de los cambios a largo plazo ocurren lentamente. El cambio es un proceso, no un evento”.
No sólo es importante el sacrificio, cada vez que cumplas un objetivo, prémiate. La sensación de logro es gratificante y puede llevarte a seguir más metas y a disminuir el estrés.
“Cuando te sientas abrumado, recuerda lo que haces bien. Hay formas en que puede desarrollar un sentido saludable de autoestima”, recomienda Cleveland Clinic.
Nuestro cuerpo reacciona ante el estrés de diferentes maneras: puede ser taquicardia, migrañas, dolor en la espalda y más. Cleveland Clinic anota que es importante aprender a manejar las reacciones de nuestro cuerpo.
“La biorretroalimentación se puede utilizar para ayudarlo a aprender cómo responde su cuerpo en situaciones estresantes y cómo sobrellevarlas mejor. Si un dolor de cabeza, como una migraña, comienza lentamente, muchas personas pueden usar la biorretroalimentación para detener el ataque antes de que se desarrolle por completo”, añaden.