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Con el paso de los años se vuelve más complicado conciliar el sueño por las noches. Sin embargo, debes hacer un esfuerzo por dormir entre 7 y 8 horas al día.
La Fundación Nacional para el Sueño en Estados Unidos aclara que es un mito que al envejecer se necesiten menos horas de sueño. El cuerpo necesita el mismo tiempo de sueño que en la juventud para funcionar correctamente.
Los principales obstáculos para el sueño después de los 40 años son los ronquidos, la apnea del sueño no tratada, el síndrome de piernas inquietas, la diabetes, insuficiencia renal, enfermedades respiratorias y gastrointestinales.
Para pases la noche completa durmiendo y no girando en la cama, te presentamos 10 consejos que deberías seguir.
1. Procura que tu habitación esté limpia, libre de ruidos y luz y que tenga una temperatura fresca, al momento de dormir.
2. Bebe jugo de cereza recién hecho, como recomienda la Universidad Estatal de Louisiana. Un estudio demostró que la melatonina de las cerezas reduce las dificultades para dormir.
3. Ponte calcetines. La presión en los pies ayuda a dilatar los vasos sanguíneos en la piel y a dormir más rápido.
4. Toma un baño antes de meterte a la cama para bajar la temperatura corporal.
5. Utiliza una colcha pesada. Sentir presión en todo el cuerpo te ayudará a adormecer el cuerpo, tal como ocurre con los bebés al envolverlos en cobijas.
6. Antes de tu hora de dormir, practica unos minutos de entrenamiento con intervalos de alta intensidad, puede ser al correr o al hacer sentadillas.
7. Agrega pescado a tu dieta. Alimentos como el salmón rojo tienen altos niveles de omega-3 que ayudarán a que tu tiempo de sueño sea más largo. Si no te gusta comerlo, puedes optar por suplementos de aceite de pescado.
8. Duerme con la ventana o la puerta abierta. El dióxido de carbono debe salir de la habitación para que la calidad de tu sueño mejore.
9. Aléjate de pantallas antes de dormir. Usar el celular, tablet, computadora o la televisión altera tu sueño por la luz azul, de acuerdo con Best Life.
10. Cambia de colchón. El objeto más importante para dormir debe aportar apoyo en la espalda y en el cuello, no debe hundirse ni ser demasiado firme, según la Fundación Nacional para el Sueño.